Guillermo Jimenez

Guillermo Jiménez, director del Proyecto de energía solar para Arica y Parinacota:

Esperamos que aparezcan líderes regionales que adopten este proyecto y lo mantengan en el tiempo

El 14 de mayo, en el Aula Magna de la Universidad de Tarapacá, fue lanzado formalmente el proyecto “Energía solar para el desarrollo sustentable de la región de Arica y Parinacota”, que en cinco años ejecutarán las propias comunidades de la región, con el apoyo técnico de SERC y el financiero de la Fundación BHP Billiton.

Se trata de un proyecto colaborativo, pensado para que sea la propia región la que defina cómo y dónde aplicará la energía solar, en busca de acelerar el desarrollo sustentable de sus cuatro comunas.

El director del proyecto es el Dr. Guillermo Jiménez, hoy director del Centro de Energía FCFM de la Universidad de Chile, quien trabajará estrechamente con un equipo local ubicado en la región de Arica y Parinacota, y el apoyo de las instituciones que constituyen SERC Chile.

Proponer a toda una región alcanzar el desarrollo sustentable es una propuesta mayor. ¿Cómo se implementará?

-Este proyecto es importante para la región y en particular para las comunicades locales. Lo que yo siento, y lo que ha transmitido la gente en la región, es un gran interés en apoyar el desarrollo de las actividades asociadas al proyecto utilizando la energía solar como un instrumento. Ese desarrollo va a ser más notorio en las comunidades locales en términos de formación de capital humano, rescatando que los desarrollos vinculados al uso de la energía solar responderán a las necesidades locales y a los objetivos de las comunidades, no a un plan que venga armado y predispuesto desde fuera de la región.

¿A qué se refiere con la idea de crear capital humano?

-Respecto de la creación de capital humano, se busca contribuir a la formación de personas que después puedan desarrollar emprendimientos propios en la región y asimismo puedan sostener las actividades y proyectos que se desarrollarán a futuro. Advirtiendo que los emprendimientos que apoyaremos en el marco de este proyecto buscan responder a necesidades planteadas por las comunidades.

¿Quién va a decidir cuáles son las necesidades más importantes, o por dónde se puede partir?

-Una de las etapas, en este primer año, es el levantamiento de una línea base, que nos permita identificar estas necesidades, desde el punto de vista de educación, de uso de la energía solar en aplicaciones productivas y por supuesto como fuente de energía, entre otros. Por ello resulta importante conocer la opinión de los actores locales y que podamos liderar actividades que tengan un impacto positivo en la región.

¿Cuáles serán los actores locales que participarán?

-Es un tema bien transversal. Estamos hablando de instituciones locales, gubernamentales, representantes de las sociedades civiles, privados y quienes estén interesados en apoyar al proyecto en la región.

¿Por qué el proyecto se realiza en esta región y no en otra?

-Hay potencialidades para mejorar de manera significativa los niveles de desarrollo y productividad de la región, que son en promedio más bajos que en otras regiones del norte de Chile que también tienen la misma riqueza que es el sol.

¿Cuál es el mayor desafío para SERC con este proyecto, que tendrá muchas etapas, que es difícil y que no tiene otro parámetro para imitar?

-Hay varios desafíos, en realidad. Uno es que las iniciativas que se desarrollen en el marco de ejecución de este proyecto puedan servir como motivación para la creación o formulación de políticas públicas. Por ejemplo, en el tema de educación. Haremos muchas actividades en términos de formación de capital humano y nos gustaría que los resultados puedan incidir en una modificación de las mallas curriculares de enseñanza media, o a nivel de creación de postgrados en esta línea. Hay otro desafío en el sentido de las actividades de largo plazo, para empoderar a las comunidades locales en un proceso de co-construcción, de modo que las soluciones tecnológicas que podamos desarrollar sean de utilidad y podamos garantizar su duración en el tiempo. El tercer desafío es crear una red de actores locales, de diferente procedencia, interesados en fomentar y apoyar la energía solar. Queremos que sean ellos quienes, en el futuro, puedan tomar el liderazgo en el tema en la región y seguir adelante con nuevos emprendimientos y cooperación en energía solar. En definitiva, invitamos a líderes regionales que adopten este proyecto como propio y de manera conjunta lo podamos sostener en el tiempo.